viernes, 23 de enero de 2015

Verdad, justicia y paz

“La búsqueda de verdad y justicia en sociedades marcadas por una historia de violaciones graves a los derechos humanos, se ha intentado facilitar en algunos países, por la creación de Comisiones Extrajudiciales de Investigación de estos abusos. El rol que dichas instancias han logrado desempeñar en los procesos sumamente complejos de transición y reconciliación ha variado significativamente según el concepto nacional que les atañe, y las modalidades mismas de su constitución. En vista de la prominencia que estas comisiones han seguido ocupando en negociaciones políticas, sobre la mejor manera de enfrentar un pasado caracterizado por el abuso y la violencia institucional en países que en la actualidad transitan hacia una apertura democrática – como Perú, Timor Oriental, Costa de Marfil y Bosnia y Herzegovina, entre otros - las lecciones que se pueden vislumbrar de las Comisiones que ya han concluido su mandato son particularmente apremiantes"

Víctor Espinoza Cueva - Estudio comparativo de comisiones de la verdad 2002

lunes, 12 de enero de 2015

¿Violentos por naturaleza?

Un obstáculo en la construcción de una sociedad pacífica es la concepción de que el hombre está genéticamente determinado para dar respuestas violentas en situaciones de conflicto.

En 1986, diecisiete científicos de primer nivel se reunieron en Sevilla para discutir sobre ese tema. Como fruto de esta reunión, produjeron un documento, el Manifiesto de Sevilla, que refuta la idea de que el ser humano tiende por naturaleza a la violencia. La violencia es evitable y debe ser combatida en todo aspecto económico, social y cultural. El manifiesto declara que, desde el punto de vista de la ciencia, es incorrecto lo siguiente:
Afirmar que el ser humano haya heredado de sus ancestros la propensión de hacer la guerra.
Pretender que hemos heredado genéticamente la propensión de hacer la guerra, puesto que la personalidad está determinada también por el entorno social y ecológico.
Afirmar que la fisiología neurológica nos obliga a reaccionar violentamente, puesto que nuestros comportamientos están modelados por los tipos de socialización.

Enfoques, pag. 45

domingo, 4 de enero de 2015

Violencia Familiar


Respecto a la violencia familiar existen muchos mitos que se aceptan como verdaderas, entre ellas tenemos:

Mito: Los casos de violencia familiar son escasos; antes este problema no existía como ahora.

Realidad: Hace años las personas no presentaban denuncias, por lo que no se podían tener datos precisos. Cuando se empezó a investigar, las estadísticas han mostrado la magnitud del problema.

Mito: A las mujeres que son maltratadas por sus compañeros les debe gustar, de lo contrario no se quedarían.

Realidad: La mayoría de mujeres no pueden salir de la situación por diversas razones emocionales, económicas. Además, experimentan sentimientos de culpa, vergüenza, miedo y debilidad.

Mito: La violencia familiar es un fenómeno que sólo ocurre en las clases sociales de escasos recursos.

Realidad: La pobreza constituye un factor de riesgo para las situaciones de violencia, pero se sabe que los casos de violencia no discrimina edades, o clases sociales.

sábado, 3 de enero de 2015

La exclusión por género

Aún hoy en día, siglo XXI, existen muchas diferencias entre géneros. Es por esto que les comparto el siguiente texto que comenta sobre la exclusión social:
 
"El ejercicio del poder por parte de los varones adultos es una realidad socialmente aceptada y fuertemente promovida por ellos mismos, debido a que esta práctica les permite accedes a una enorme cantidad de privilegios en relación con otros sectores de la sociedad como las mujeres, los niños y los ancianos-sólo para mencionar algunas. Quién diga que no tiene privilegios por el hecho de ser varón afulto es definitivamente un mentiroso, pues aún aquel que no encaja con el prototipo occidental, aun aquel varón que es explotado sin misericordia en una fábrica, posee privilegios con relación a sus compañeras de trabajo y ejerce sus privilegios socialmente aceptados con relación a su esposa".

Rubén Mejía, Descubriendo las máscaras que nos separan, 1998.

Hacia la paz

"Quién coloca una bomba, pone la muerte.

Diariamente se ponen miles de ´bombas´ en pensamientos, palabras, imágenes, actitudes, imágenes, sentimientos y hechos...

Todas las armas, desde el cuchillo hasta el cohete más mortífero, son la consecuencia lógica de nuestra forma de pensar, de convivir, en el pequeño y gran mundo social.

El gran peligro que amenaza a la humanidad no está en las muchas cabezas nucleares en el Este y en el Oeste.
El peligro que nos amenaza está en las personas mismas, en las personas que creen en el poder, en el dinero, en la propiedad y en el derecho del más fuerte...

No podemos cambiar el desierto, pero podemos empezar creando un pequeño oasis".

Phil Bosmans, Tómate tu tiempo para ser feliz, 1996